domingo, 7 de febrero de 2016

UNA DECADENCIA PREVISTA


En el 2012 ya se vislumbraba la incapacidad manifiesta de la CD de Newell´s.
Una serie de errores desde su inicio, en la gestión institucional y en temas deportivos, anunciaban este descalabro. Jugó a favor de ocultar su discapacidad directriz, el beneficio de inventario que supuso el estado en que el club fue recibido. Esto último fue funcional para acallar las voces disidentes, no ya desde la negra violencia vivida con anterioridad, sino desde la soberbia de no escuchar, no discutir, no consensuar. El argumento de esos tiempos estaba basado en la autoridad que le confería a la nueva CD haber desplazado a Eduardo López, negando la realidad que indicaba que lo desplazó el socio que fue a votar, no la CD electa.

Era evidente, y lo dijimos en su momento, que una CD preparada para ganar esas elecciones, había sido armada específicamente para ese fin, lejos de ser un equipo preparado para gobernar. Si en la constitución de la CD hubiese habido algún aporte de visión estratégica y a mediano plazo, se podría haber advertido que para lo que NO estaba preparada, era para la gestión.

Eso no ocurrió en el club. No hubo un reconocimiento del carácter de transición de la CD y una actitud acorde a ello, sino muy por el contrario, un sentimiento de propiedad y de autoridad infinita conferida con el argumento (viejo truco) de que “lo anterior había sido un infierno”.

Después que este grupo de dirigentes tomara las riendas del club, comenzaron inmediatamente los errores graves de apreciación futbolística. , queriendo mezclar lo político con lo deportivo, y considerando que refundaban el club.


Lo primero que hicieron fue traer a Sensini, que venía de fracasar como DT en Italia, y también durante escasos nueve meses. Salimos subcampeones me dirán, y yo contestaré, - Es cierto, con Boghossian en el equipo, que fue a la postre el goleador del torneo -. Después de la ida de él, lo reemplazaron con Taborda y mandaron al club a las puertas del descenso con Sensini como conductor, el cual tuvo que retirarse en abril del 2011 por el desquicio en que dejó lo deportivo.



Entonces, en un rapto de genialidad de esos que son comunes en nuestra CD, trajeron a Torrentes …Y más tarde, y como si el anterior error no hubiese sido suficiente, a Cagna...


La realidad indicaba que estábamos 10 puntos por debajo del promedio del descenso respecto a Independiente, y que para salvarnos debíamos hacer tres torneos cortos consecutivos de 60 % de efectividad. Es decir, el descenso era nuestra próxima estación. Hasta que apareció él, se hizo cargo, planteó condiciones y capitaneó el salvataje, que se cristalizaría si por lo menos salíamos campeones . Y él lo hizo



Cuando el Tata terminó su tarea y se fue, dejando armado el mejor equipo del país y campeón, y entonces comenzó la eficiente tarea de demolición por parte de la Comisión Directiva. 


La primera carga explosiva en los cimientos del equipo, e inaugurando la etapa de los pasantes como DT, fue designar a Berti como entrenador, quien jamás había dirigido primera división, y que con el correr de los partidos y una vez que la impronta del Tata se diluía, evidenciaba su mediocridad como técnico. La historia es conocida, pero no deja de ser sorprendente que le hayan dado el equipo para dirigir la Copa Libertadores de América. Es decir no la querían ganar.


Después de este grueso error cometido, recurren a traer a Gustavo Raggio que su única experiencia como DT era en el Club Unión de Arroyo Seco...


Más tarde llegó el turno de traer al Tolo el 1 de junio de 2015, quién dirigió solo 14 fechas. Quizás no haya sido el técnico más exquisito, pero durante su trabajo Newell´s cosechó el 52 % de efectividad, con el vestuario y demás en contra.



Se lo despidió a solo dos fechas del clásico (y después de dos derrotas consecutivas), y se toma la increíble determinación de ponerlo a Lucas Bernardi, absoluto principiante como técnico (notar que el Tata trabajó 15 años como entrenador antes de dirigir la Lepra). Y hoy nos encontramos en un callejón sin salida, sin respuestas, desorientados, y a un año de las elecciones. Mal pronóstico.



Tuvimos posibilidad de cambiar esta historia, en el año 2012 cuando se debían realizar las elecciones. No era fácil proponer una alternativa política de parte de aquellos que veíamos claramente la dirección decadente de esta administración en un entorno semejante, con lo deportivo de la mano del Tata en el mejor de los momentos. Solo dos agrupaciones (Movimiento Centenario y Encuentro Leproso) intentamos proponer una opción que suponga el voto de los asociados, en forma consecutiva y después de 14 años de lopecismo, ejercicio democrático indispensable.

Se nos hizo difícil por dos motivos: por un lado ninguna de las agrupaciones que hoy emergen (y bienvenidas que lo hagan y propongan) existía o se acercó a acompañar el intento, y a compartir una alternativa diferente. Y por otro lado, una mala experiencia con el maestro Griffa, no por él ya que es una persona de la que tengo un altísimo respeto, sino por el entorno lopecista que pretendía colarse en la propuesta.

Cuando el intento de presentación de nuestra lista para habilitar las elecciones fracasó, publique una carta de lectores en el Diario La Capital (Cliquear), donde exponía que el hecho de no haber podido realizarse las elecciones, suponía un fracaso institucional (del cual nos hicimos cargo en la cuota de nuestra responsabilidad), de consecuencias muy negativas, que el tiempo iba a encargarse de evidenciar.

Lamentablemente, tal como se preveía, es lo que en estos momentos estamos viviendo. 

Esperemos que en esta nueva chance próxima, se pueda armar una alternativa superadora a esto (no será muy difícil seguramente) con la amplitud que otrora tenían los directivos preLópez, donde lo más importante era siempre la institución y la alternancia en el poder.


Gustavo A. Albertengo

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